Mario Vargas Llosa.
1977
Por @yane_i
La
novela latinoamericana escrita en los años sesentas y setentas fue tan
prolífica, tan viva y tan novedosa, que fundó un género per se. Y
a pesar de ser un género que le dio la vuelta al
mundo, estoy casi segura de que los latinoamericanos la podemos disfrutar más
que otras personas.
La
manera en que se cuentan las historias, generalmente describe un periodo
espacio temporal muy característico del país donde se desarrolla la narración o
del país de donde es originario el autor. Y estas descripciones están escritas
con el lenguaje claro pero absolutamente cálido, cercano y desenfadado del
escritor latinoamericano.
Así, son
capaces de transportarnos a los pueblos y ciudades de Perú, Colombia,
Dominicana, México, Cuba y otros y de contarnos una historia cercana, que me
hace sentir como si hubiera estado ahí, presente. O como si hubiera ocurrido
aquí cerca. Es una lectura ingeniosa, entretenida y llena de aspectos
culturales, que lejos de aburrir al lector, lo identifican con una forma de
pensamiento típica de la sociedad clase-mediera de Latinoamérica.
La Tía Julia y
el Escribidor es un excelente
ejemplo de este género. En su novela casi autobiográfica, Vargas Llosa nos
cuenta la historia de Marito, el aspirante a escritor de 18 años que se enamora
de su tía política que es varios años mayor que él. Y cómo éste romance fue
recibido en su familia, que es parte de la sociedad limeña de los años
cincuenta.
En la vida real, Julia, tía política diez años mayor que él, fue la esposa de Vargas Llosa durante 10 años, en la época en la que él se consagraba
como ícono del Boom Lationamericano.
La Tía Julia y el Escribidor, una prueba más de la capacidad narrativa de su autor que, sin duda alguna, debes tener en tu bliblioteca.